El murciélago interestelar

EL MURCIÉLAGO INTERESTELAR

La Sierra de Tous pertenece a la plataforma del Macizo del Caroig, destaca por su abrupta y dura orografía, en estas montañas abundan barrancos, fuentes, abrigos, cuevas y simas formadas a consecuencia de la composición caliza del terreno. El río Júcar la atraviesa encajado por su parte oeste entre un impresionante cañón vertical de más de 400 metros de altura.

Inicio el recorrido a primera hora de la tarde, esta vez por el Barranco del Castellet, en la zona de la Loma de Cotillas. En un punto concreto y en la margen izquierda del barranco, tengo localizada una colonia de murciélagos de herradura (Rinolophus sp.). El agujero de acceso donde habitan reune las características ideales para el tipo de imágen que buscaba.

En las historias naturales de Jules Renard leí que

...no hay rincón alguno en que no penetre un trozo de noche…de ella se desprenden jirones, enzarzados al azar. Así nacen los murciélagos. Y a este origen les deben el hecho de no poder soportar la luz del día…pero, no, no son malos. Jamás nos tocan y «armado» con mis cámaras bajé a una de sus «casas» para fotografiarlos.

La imagen que ha estado quitándome el sueño desde hace mucho tiempo, es la de un murciélago sobre un fondo estelar, y tras un tiempo buscando un lugar que reuniera las condiciones adecuadas para abordar este trabajo, al final lo encontré. Mi plan no era como otras veces, donde montaba todos los dispositivos para fotografiarlos en su salida de la cueva, sino que esta vez esperaría desde dentro de su refugio a que regresaran. Monté la cámara en el trípode buscando un ángulo bajo para coger una porción del cielo exterior visto a través del agujero de entrada a la cueva, coloque el sensor infrarrojo en disposición vertical, y por las características de la ubicación, iluminé la escena con solo dos flashes a 45º y a 1/32 de potencia para detener el rápido vuelo del murciélago. Después del disparo de los flashes, una velocidad de obturación lenta en cámara alrededor de 25 segundos para captar las estrellas, hicieron el resto.

Con la emoción aún en el cuerpo trás ver la imágen en la pantalla de mi Nikon D800 y después de meter todo mi equipo en la mochila, asomo la cabeza al exterior, contemplando un paisaje de ensueño, una noche estrellada con el planeta Venus como protagonista, mientras escucho el croar de los sapos en celo que retumban en el fondo del barranco.

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