La bruja vestida de blanco

En una de mis excursiones por la sierra, encontré el escenario ideal para una nueva idea fotográfica. En una casa vieja abandonada entre almendros en mitad del monte, habitaba una pareja de lechuza común Tyto alba. Justo al lado de una ventana por la cual accedían a su interior las lechuzas había un ciruelo Prunus domestica, un árbol caducifolio originario del Cáucaso, Anatolia y Persia, que los romanos introdujeron en Europa en el siglo II D.C. Resistente y muy bien adaptado a nuestro clima, que destaca por sus flores de color blanco inmaculado que florecen cuando todavía es invierno, desafiando muchas veces al hielo y la nieve, convirtiéndose así, en un símbolo de pureza, resistencia, y de esperanza ante la fugacidad de la vida, viniendo a recordarnos de que, en medio de la cruda estación invernal una nueva primavera está por venir.

Mi idea era intentar captar el silencioso y fantasmagórico vuelo de la blanca lechuza justo en el momento que tenía que pasar cerca de las flores del ciruelo. Para ello, estuve visitando el lugar durante dos semanas para ver las evoluciones de este enigmático pájaro nocturno y así acostumbrarlo a todos los dispositivos (cámara, flashes, trípodes, etc.). Después de varios intentos infructuosos, pude conseguir algunas instantáneas, donde podemos ver a nuestra simpática bruja nocturna de grandes ojos y un rostro en forma de corazón que se diría casi humano, acercándose mientras emitía unos gritos espantosos, a las ramas del árbol, antes de acceder a través de una ventana al interior de la casa donde tenía instalado su nido.

La lechuza común, también conocida como lechuza de campanario, siempre fue considerada por el imaginario popular como ave de mal agüero debido a sus costumbres nocturnas, existiendo la creencia de que eran espíritus malignos que traían mala suerte, por lo que siempre fueron perseguidas de una forma muy cruel por el ser humano. Afortunadamente, hoy en día, desmontadas estas infundadas supersticiones, hay mucha más gente que sabe apreciar su belleza, aparte del beneficio que aporta en el campo, pues mantiene a raya la población de roedores e insectos.

Reproducción de su canto:

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