Montcabrer

Ascensión al pico Montcabrer en el día 19 de enero del año de Nuestro Señor 2025, mil años antes nace el rey Alfonso VI de León y Castilla, conocido como “el Bravo” por su valentía en las batallas, también ese mismo año de 1025 nace Sancho Ramírez, rey de Aragón quien, durante su reinado, llevo a cabo la Reconquista de Zaragoza, estableciéndose las bases del Reino de Aragón. La Luna gibosa menguante nos acompañará desde el inicio de la marcha desde el antiguo Santuario Diocesano de la Mare de Déu d’Agrés.

Es todavía de noche, cuando ya rebasado el Santuario situado a 785 m, nos adentramos en un bosque de frondoso arbolado de pino carrasco acompañado de matorral mediterráneo, por donde discurre una senda que va ascendiendo en zigzag. Tras un buen rato de caminata, donde escuchamos insistentemente el lamento del pájaro de las brujas, y tras superar un duro repecho final, llegamos a la cresta de la sierra, donde se encuentra el refugio Montcabrer a 1230 m. En este tramo, conforme vamos ganando altitud, si miramos al este, es decir, a nuestra izquierda, podremos observar la majestuosa sierra del Benicadell.

Tras dejar atrás el refugio y después de varios cruces, iniciamos la ascensión al Montcabrer por su ladera este, por una estrecha senda, que en un momento dado nos obligará a hacer un giro de 180 grados para situarnos en la cara sur de la cumbre, que nos llevará a hacer cima a 1390 m, después de una constante subida no muy exigente, y siempre acompañados por la luna menguante y los buitres que sobrevuelan este paraje.


En este sector elevado de la sierra, encontramos el hábitat prioritario de muchas aves como el cuervo, la collalba rubia, el acentor alpino, la rara bisbita campestre, además de aves rapaces como el pequeño cernícalo o el águila real…A lo largo del camino encontraremos numerosas especies típicas del matorral mediterráneo con un estrato arbustivo compuesto por enebro, coscoja, aliagas, romero, brezo, torvisco, jaras y otras plantas de menor porte como la manzanilla borde, el tomillo, y la uña de gato, colonizando fisuras y agujeros a la vera del camino.

La vista desde aquí es excepcional, disfrutando de una excepcional vista panorámica: mirando al norte podemos divisar El Teix y las primeras estribaciones de la Sierra Mariola; al S-SE, la sierra de Aitana; al O, el Alt de Mariola; y al E-NE, la mole del Benicadell, el embalse de Beniarrés y más allá del horizonte, el Mediterráneo.
Hacer cumbre en este emblemático pico, es un ejercicio no solo físico, sino también mental, una invitación a la contemplación y la meditación mientras disfrutamos de las vistas, que no nos dejará indiferentes.

Reproducción de su canto:
