Otoño-Invierno en la Sierra de Gúdar

Texto: Vicente Aupí ( estrellasyborrascas.com)

Fotografía: Jose Mena

Los grandes fríos suelen convertir en noticia a Teruel muchos inviernos, ya que es la capital española donde más hiela. En diciembre y enero es frecuente que los datos de temperatura se destaquen en la prensa de ámbito estatal y en los informativos de televisión, pero esta faceta no hace justicia al verdadero perfil del clima turolense, que es ciertamente extremo en algunos aspectos, pero mucho más benigno y ambientalmente saludable de lo que popularmente se cree.

En comparación con otras zonas del interior peninsular también caracterizadas por un clima continental, Teruel aporta, por extraño que parezca, algunas virtudes relacionadas con el bienestar climático, como son la sequedad y limpieza del aire y unas temperaturas diurnas más altas durante el invierno, que favorecen el confort y la salud. Ejemplo de ello es el contraste entre las temperaturas nocturnas y las diurnas de los tres meses invernales: aunque el observatorio de Teruel es el que, dentro de la red meteorológica estatal, registra las noches más frías entre todas las capitales de provincia, no sucede lo mismo durante el día, cuando los termómetros suben más que en otras ciudades situadas a altitudes similares. En enero, que es el mes más frío, Teruel registra un promedio de las temperaturas máximas de 9,3 °C, que supera entre 2 y 3 °C a las de Burgos, Ávila y Soria, en las que esas mismas máximas de enero se quedan en promedios de 6,7 a 7,4 °C.

Dichas ciudades son, en conjunto, las más frías de España. Sus temperaturas medias anuales respectivas son de 10,1 en Burgos, 10,4 en Ávila y 10,6 en Soria, mientras que la media anual de Teruel es de 11,8. Además, las jornadas invernales típicas en Teruel suelen estar bañadas por el Sol, mientras que en buena parte de Castilla y León, así como otras zonas más cercanas como el valle del Ebro, las nieblas condicionan claramente y con notable frecuencia la vida de sus habitantes, ya que en numerosas ocasiones no levantan en todo el día o se prolongan durante varias jornadas seguidas. Esto, en cambio, es algo que en la capital turolense rara vez acontece.

Por tanto, la fama de Teruel como lugar frío tiene su parte de mito, puesto que independientemente de los valores nocturnos hay una mayor calidez en la atmósfera diurna invernal que, en condiciones normales, envuelve a sus pueblos y la capital provincial. No se trata de un aspecto sin trascendencia, ya que lo habitual en las horas nocturnas, que son las de máximo frío, es que la población esté al abrigo de su hogar, mientras que es a pleno día cuando se está al aire libre. Y es justamente en estas horas cuando el clima turolense es claramente más benigno que el de otras zonas frías de España. Salvo Murcia, Granada y Madrid no hay otra capital del interior peninsular donde el aire sea más seco que en Teruel durante el invierno. Lo reflejan los valores de humedad relativa, que en enero es del 75% de media. Las demás ciudades españolas cuyas temperaturas son similares o más frías durante la estación invernal superan notablemente en humedad a Teruel, y es bien sabido que el aire frío no sólo es más llevadero, sino también más saludable, cuando es más seco.

Teruel y su comarca figuran, por otra parte, entre las zonas menos ventosas de España. El recorrido medio del viento —dato que se utiliza climatológicamente— es de 49.421 kilómetros al año, uno de los más bajos de la red meteorológica. Esto no es óbice para que en determinadas situaciones, como temporales asociados a borrascas profundas o durante las tormentas, se alcancen rachas puntualmente intensas, aunque tampoco en este caso los valores figuran entre los más altos que se han registrado en España. El récord del observatorio de Teruel son los 106 kilómetros por hora de racha máxima que se alcanzaron el 20 de julio de 1991, pero está muy lejos de registros como los 190 de Oviedo o los 180 de Almería. Asimismo, en la ficha climática de la Tabla 1 se puede observar la peculiaridad de que las mayores intensidades de viento están datadas en los meses de julio y agosto (106 y 103 kilómetros por hora, respectivamente), y es que no es habitual que las rachas máximas lleguen de la mano de los temporales de viento que afectan de forma generalizada a toda España, sino de las fuertes tormentas que se producen durante el periodo estival.

Si hubiera que definir el clima de Teruel y su comarca de acuerdo con su comportamiento durante las cuatro estaciones del año, quizá podríamos sintetizarlo así: inviernos fríos, primaveras lluviosas y deslumbrantes, veranos agradables aunque tormentosos y otoños húmedos.

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