Teruel. Verano II
A estas alturas del verano, la totalidad de los campos de cereales ya han sido segados, dejando un paisaje de ocres, pardos y amarillos muy evocador de lo que es el entorno rural en estas tierras aragonesas.
De entre este infinito manto de oro, veó asomarse en la lejanía el pueblo de Orihuela del Tremedal. Conforme me acerco, su imponente catedral se me presenta majestuosa a mis pies. Mientras los vencejos y las golondrinas no paran de surcar el aire en los campos y entre las intrincadas callejuelas del pueblo.
Cada época del año posee su encanto, donde los tonos dorados del verano, se volverán más ocres y marrones durante el otoño y el invierno con la labranza de los campos.
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