Athene noctua

El mochuelo europeo (Athene noctua), es una rapaz nocturna que desde tiempos inmemoriales ha formado parte del paisaje agrícola valenciano y al que le tengo una predilección muy especial. Aún recuerdo las primeras fotografías que le hice a un mochuelo con mi cámara analógica de película en aquellos maravillosos y nostálgicos tiempos pre-digitales. El animal se encontraba encima de una teja, en una casa en ruinas, en el camino de la Font de Poveda. Las imágenes que conseguí estaban oscuras, desenfocadas y lejanas, sin apenas valor documental, pero de un enorme valor sentimental para mí, que con el transcurrir del tiempo y mirándolo en retrospectiva, todavía hace que ese sentimiento sea más fuerte , porque fue el inicio de lo que después sería una constante dedicación a la búsqueda de la especie, de donde han ido saliendo muchísimos trabajos de cada una de las sesiones fotográficas que he dedicado a los solitarios y discretos mochuelos.

Mis primeras fotografías de los mochuelos en una época donde no se sabía nada de píxeles y sensores. Cámara Nikon FM2 analógica; objetivo Nikon 300mm f/4

Un poco mayor que el puño de una persona, su aspecto es rechoncho, de color pardo y blanco, con la cabeza ancha y las cejas blancas. La cola es corta, de color pardo con cuatro franjas transversales. De vuelo rápido y muy ondulado, las alas son redondeadas y tiene unos ojos grandes de color amarillo.

Mochuelo europeo ululando desde su atalaya. Con la llegada de los primeros fríos y a la puesta del sol, su reclamo recorre el viento helado nocturno para perderse en la lejanía.

Es abundante en las tierras de labranza, en los huertos, terrenos abiertos, pedregosos y con árboles dispersos, viñedos, olivares, algarrobos a condición de que haya algún bosquecillo, cantera, ruina o alguna casa deshabitada. También lo encontraremos en los claros y en los caminos de bosques claros y soleados, pero está ausente de los bosques extensos y la alta montaña. Sin embargo, podemos encontrarlo en los parques y jardines de los pueblos.

«…el cuervo y el morciélago importuno, la lechuza y el mochuelo son los que el aire ocupan de graznidos y de temor y asombro los oídos. Pedro de Oña (1596)»

Ave sedentaria, ocupa el territorio de cría todo el año. Hace el nido, a finales de marzo, en agujeros de árboles, márgenes pedregosos y casas abandonadas. La hembra pone 3-5 huevos de color blanco, que incuba durante cuatro semanas, tiempo en el que es alimentada por el macho. Los jóvenes abandonan el nido con unos 35 días pero hasta los 45 días no son plenamente voladores.

Come insectos (grillos, escarabajos, saltamontes, ciempiés…), lombrices de tierra, ratones, pajaritos, ranas y lagartijas.

…llamado en España mochuelo: tiene corvas uñas, vuela al anochecer, vive de caza, susténtase de carne, persigue a los ratones, y es aborrecido de las otras aves. (Gerónimo de Huerta. Siglo XVI).

El otro día, al atardecer, cuando los mochuelos inician su actividad, caminaba bordeando un campo de olivos. Me detuve un rato apoyándome en un margen al oír un grito estridente, con reclamos agudos y fuertes, como de gato, un maullido monótono, que alternaba con otro sonido parecido al de si nosotros silbáramos hacia adentro . Divisando a lo lejos puedo reconocer su redondeada silueta puesta en la teja de una casa de campo. Lo observe tranquilamente con los prismáticos. A pesar de la cierta distancia, el mochuelo giraba la cabeza sin parar de mirar hacia todas partes aparentemente asustado, al tiempo que iba estirando y encogiendo su cuerpo, él sabía que yo estaba pendiente de él.

Una mirada entre la absoluta oscuridad de la noche.

A pesar de la tecnología y el desarrollo humano, el hombre sigue dependiendo de un orden natural que no debe romper, y éste, ha entrado implacablemente en su hábitat. La población de estas rapaces se encuentra en un alarmante proceso de retroceso, y paradójicamente, el hombre que es el que principalmente se beneficia de la acción de estos animalitos es su peor enemigo, cuando por citar algunos ejemplos, modifica la construcción de las casas imposibilitando la nidificación, aplica sustancias dañinas en los campos (insecticidas, herbicidas…), desbroza las tierras de cultivo haciendo desaparecer setos, matorrales y otros biótopos, moderniza la explotación del campo, expolia nidos, hace uso de la caza incontrolada, además de las bajas por atropellos y electrocutación por las líneas eléctricas.

Hoy apenas oímos en las ruinas y en el campo el siseo de las lechuzas ni el ulular de los mochuelos. Hay que pensar que algo muy importante se habrá perdido de nuestro campos cuando, en el silencio de la noche, algún día ya no resuenen sus gritos misteriosos y salvajes.

Y como curiosidad final, la cultura popular también nos ha dejado un buen repertorio de refranes y creencias en torno al mochuelo (solo en idioma valenciano): 

–  Mussol: persona taciturna (silenciós, melancòlic, solitari, callat…)

 – “Cada mussol canta en el seu redol.” (cadascú s’ocupa del seu tros).

–  “Quant pel desembre canta el mussol, pluja o bon sol.”

–  “Què mires, què mires mussol, que no veus que sóc un rellotge de sol.”

–  “Quan canta el mussol pel Gener, és que més fred ha de fer.”

– “Quan el mussol canta al gener, un altre hivern ve.”

– “Estar tot sol com un mussol.”

– “A casa d’En Mussol, la dona fa lo que vol.” (és diu del homes que es deixen gobernar per les dones).

– Quan el mussol canta a la teulada o molt prop d’una casa on hi ha un malalt, este morirà.

Reproducción del canto del mochuelo:

Cámara Nikon FM2 analógica; objetivo Nikon 300mm f/4

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