El colirrojo tizón
Estamos a las puertas del invierno, con los árboles ya prácticamente desprovistos de sus hojas, donde los días se acortan y todo parece entrar en una calma absoluta. Es por estos tiempos cuando se dejan ver en nuestros campos y jardines ciertos pajarillos invernantes, como petirrojos, mosquiteros, colirrojos… que procedentes del centro y sur de Europa llegan a nuestras latitudes huyendo del intenso frío, y que cuando vuelvan otra vez los meses más calurosos ya no los volveremos a ver hasta el siguiente invierno. De estos últimos, los colirrojos, hablaré en esta entrada.
El colirrojo tizón Phoenicurus ochruros, suele desplazarse por el suelo saltando con soltura e incluso corriendo, posándose con frecuencia en piedras, muros, tejados, postes y otros lugares prominentes.
Con una envergadura de 14,5 cm y un peso de 16 g., los machos tienen la cara y el pecho negros, con márgenes blancos evidentes, mientras que las hembras son pardo grisáceas en la mayor parte del cuerpo, careciendo de blanco puro en las terciarias.
Aquí en nuestras latitudes como hemos dicho, se trata de un pájaro invernante, que en primavera regresará a sus cuarteles de verano: centro y sur de Europa, Magreb, Turquía, Tíbet e Himalaya. Cría en precipicios y roquedos, a menudo en zonas montañosas de cierta altitud, pero también a nivel del mar, a veces en ruinas y edificios.
A diferencia de por ejemplo los gorriones que suelen ir en bandos, los colirrojos son muy solitarios y siempre se les ve deambular solos.Todos los días de invierno, un macho de colirrojo tizón visita frecuentemente el patio interior de mi casa, posándose en la chimenea primero para después desde el muro acceder junto a gorriones, lavanderas y estorninos a la comida que les proporciono a diario. Un motivo de alegría que se repite todos los inviernos, al igual que ocurre con las golondrinas en verano cuando nidifican en la buhardilla de mi casa.
Reproducción de su canto: