Ramón García, pastor de Navarrés V

Ramón García, pastor de Navarrés V

Junio de 2009
Amanece en la sierra, el gallo canta. El rebaño se prepara para el sofocante calor del verano. Ramón llega al corral y antes de sacar las impacientes ovejas, cuelga el zurrón y el cayado en la estaca de la puerta de entrada. Se dispone a realizar su liturgia diaria que consiste en separar de sus madres a los corderitos nacidos días antes, pues éstos son muy pequeños aun para salir al monte, incluso alguno de ellos los amamanta con biberón por estar rechazados por sus madres.

Después prepara el resto del rebaño para la dura jornada de campos de herradura y sol sofocante. Por fin, el pastor abre la puerta y las ovejas salen en estampida. Son las 7 de la mañana. Nos esperan unas horas de fuerte calor hasta las 11, que será la hora en que regresaremos al corral. Hoy Ramón ha decidido bajar a la huerta. Cogemos el camino que baja desde la partida de las Eras, y discurriendo paralelos a la Cooperativa, cruzamos 1km más abajo la carretera principal Sumacárcer-Navarrés y por una senda llegamos a unos campos abandonados lindantes a los bancales de hortalizas y árboles frutales que se encuentran al Pie-de-Monte. Ramón conduce el rebaño por una senda que lleva a unos huertos abandonados: “aquí pasarán un rato, así que vamos a almorzar” –Dice Ramón con seguridad. Nos sentamos a la sombra de un enorme níspero, cargado de frutos. “Cada vez se abandona más la tierra a causa de lo mal pagados que están los labradores, hombres que cuidan con esmero durante un tiempo sus cosechas para que intermediarios sin escrúpulos se lleven la mejor parte del pastel. “La oveja se cría detrás de la reja” –afirma-, al paso del arado la hierba que sale es mejor, tiene más savia y es más nueva. La hierba de los campos viejos y abandonados es más “ruin”, por eso, es tan importante que la tierra se cultive, trabajándola nos beneficiamos todos, pastores y agricultores. ¿Por qué en La Mancha se crían tantas ovejas?, porque se trabaja mucho la tierra: rastrojeras, barbechos…en cambio, aquí no”.

Me habla del “manso de piedra”: “se trata de una cabra macho que la castraban cuando era pequeña. Le ataban una cuerda de 15 ó 20m en los cuernos, así la dejaban suelta, luego empezaban a decirle un nombre, “Coronel”, “Capitán”, al mismo tiempo iban tirándole piedras y tirando de la cuerda hasta que llegaba donde estaba el pastor, éste como premio le daba un trozo de pan. Más tarde cuando ya estaba enseñada la soltaban de la cuerda. Los mansos de piedra son los encargados de guiar al ganado y llevan colgado un picote (esquila más grande de lo normal). Todo el rebaño se mueve al ruido de los picotes, así, si una cabra u oveja va perdida, levanta la cabeza y oyendo el picote acude”.

Son muchas las sorpresas que acumulas al estar tantas horas de campo acompañando a los pastores. A unos metros de nosotros, una enorme culebra bastarda se desliza por el erial en busca de unos matajos cercanos al borde del camino donde poder esconderse. Puedo observar perfectamente el verde intenso reflejado por el fuerte sol y su enorme cabeza, se trata de la serpiente más grande de la Península Ibérica, algunos ejemplares sobrepasan los 2m de longitud. Preparo mi cámara, al mismo tiempo Ramón echa mano de su garrote, evidentemente el objetivo del pastor no coincide con el mío. El bicho desaparece entre el matorral… “algunos pastores cazaban estas serpientes para hacer sus guisos, yo solo recojo las pieles que estos reptiles dejan en la sierra cuando mudan pues son muy buenas para el resfriado de los perros y de la caballería (machos, burros…)”.

Junio de 2009
Siete de la mañana. Mucho calor desde que salimos del corral. Pasamos por un abrevadero y las ovejas sacian su sed. El sol y las altas temperaturas marcan la jornada laboral. En las horas centrales del día cesa toda actividad en la naturaleza, aves y mamíferos permanecen a la sombra de árboles y madrigueras en espera de que cese el calor. Descubro el nido de una abubilla en el viejo tronco de un algarrobo…

En estas largas jornadas de calor es habitual que el rebaño pare mucho a descansar a la sombra de grandes árboles, momentos que aprovecho siempre para conversar con el pastor. Hoy me describe algunas hierbas del monte como la “oreja de lobo” que, “la utilizábamos para hacer luz, mojábamos su hoja peluda con aceite, primero toda la veta con tal de que prendiera mejor. Esta hierba se la comen las cabras, las ovejas no”, y el Ajocasapos “muy usada para hacer “ramassos1” y para quitar inflamaciones y golpes aplicando en la zona afectada un paño caliente de infusión de esta hierba”.

1 Tipo de escoba para quitar la paja del arroz o el trigo en las eras.

Agosto de 2009

Tarde de mediados de agosto, bastante calor. Entramos en un campo lleno de “cola de caballo”, hierba que según el pastor es muy buena para toda clase de ganado y caballería, “yo la uso mucho, es muy diurética en infusión”. En la linde del camino hay unas zarzas repletas de moras.

Mientras comemos algunas me dice la falta que hace que llueva para que los campos empiecen a reverdecer. Llegamos a un campo de sandías, todas echadas a perder, el dueño, el presidente de la Cooperativa de Navarrés nos dice el problema y es que las sandías no se han vendido, no valían nada en el mercado…

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