Teruel. Verano I

Mi viaje por estas tierras me adentra desde Teruel capital en el primer pueblo que hoy me conducirá a la Sierra de Gudar, Corbalán, donde sus casas se remontan a siglos pasados, con paisajes realmente espectaculares, colinas esteparias, prados de alta montaña, pinares, campos de labor rodeados de carrascales y enebros, angostos cañones…y que posee uno de los mayores bosques de sabinas de la comarca.

El clima aquí es de media montaña, frío en invierno y muy suave en verano, con noches muy frescas.

Al llegar a Cedrillas y camino de Monteagudo del Castillo se me presentan a la vista, en terrenos abiertos, inmensos cultivos de cereal (trigo, cebada, girasol), muy cerca ya de las comarcas de Gúdar y el Maestrazgo con los que comparte los paisajes de pinares y prados.

Camino de Gúdar

Llego al pueblo de Gúdar, -que da nombre a esta sierra- asentado sobre un espolón rocoso. Desde aquí se puede ver la maravillosa vista hacia el valle del río Alfambra. El sonido de las campanas me hace mirar hacia la iglesia neoclásica de Santa Bárbara del siglo XVII.

Gúdar

La Sierra de Gúdar posee un clima extremo, con inviernos muy fríos y veranos suaves.

En las laderas de las sierras, la vegetación la componen chopos, aliagas, sabinas, pino negral, enebros, boj, saúces y álamos; en las cumbres más altas el pino albar y el pino negro comparten este espacio típico de montaña con rincones pintorescos y surcado de abundantes fuentes.

El ganado pace con parsimonia al suave sonido de los cencerros y las esquilas. Pastizales en Valdelinares.
Valdelinares
Valdelinares
Linares de Mora
Linares de Mora

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